Mientras media Bangkok se pierde entre puestos de ropa, batidos de coco y camisetas de elefantes, hay un rincón junto a Chatuchak Market donde la verdadera aventura geek comienza. No tiene nombre en los mapas, ni cola en la puerta. Pero si subes unas escaleras mecánicas sin esperar nada… desbloqueas una planta entera dedicada al coleccionismo friki: blind boxes, figuras Pop Mart, cartas, cartuchos retro y vitrinas que huelen a infancia y tesoro. Y todo sin empujones. Solo tú, el aire acondicionado y la promesa de una loot box inesperada.
Blind Box Paradise
La primera en la frente: Pop Mart está en todas partes. Pero aquí no hablamos de un corner discreto, sino de tiendas enteras donde se apilan cajas de Molly, Labubu, Cry Baby… junto con otras marcas como Funism (Alexander the Fat Tiger) y un largo etcétera de miniaturas con cara de no querer ir al cole.
Hay figuras sueltas, series completas, y muros de blind boxes. Algunas están a buen precio, otras son ediciones difíciles de encontrar fuera de Asia. Y si te gusta abrir sobres como si tu vida dependiera de ello… este sitio es droga dura versión kawaii.
Planta friki: el piso que no sale en las guías
Sube al segundo o tercer piso del JJ Mall o Mixt Chatuchak (dependiendo del lado por el que entres) y verás algo que parece una tienda random de figuras… hasta que te das cuenta de que hay otra, y otra, y otra.
Aquí empieza el delirio:
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Cajones con cartuchos de Game Boy y Super Famicom por 3 o 4 euros.
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Cartas de Pokémon y merchandising antiguo.
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Pósters, consolas, mandos custom…
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Camisetas y parches de animes clásicos como Doraemon o Dragon Ball.
Algunas tiendas parecen garajes de coleccionistas obsesivos que decidieron abrir sus vitrinas al mundo. Otras, como mini museos interactivos donde todo está a la venta.
¿Lo mejor? La mayoría de turistas ni se enteran. Es un refugio fresco —literal y emocional— que te transporta directo a tu infancia friki.
Curiosidades y detalles de coleccionista
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Frikismo tailandés con sabor local: muchas figuras están reinterpretadas con estética thai.
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A/C: el poder oculto: mientras en el mercado te fundes por dentro, aquí puedes pasar horas rebuscando entre vitrinas sin morir por calor.
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Negociar es parte del juego: aunque son productos de coleccionismo, algunos puestos permiten regatear si compras varias piezas o si pillas algo en exposición.
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Artistas independientes venden prints, pins y figuras hechas a mano. No es solo compra, es cultura visual y fan art.
Todo está vigilado por cámaras y carteles disuasorios. Aquí nadie te persigue… porque si robas, la multa es legendaria: se dice que se multiplica por 5 o 10 veces el valor del objeto. Resultado: paz, respeto y exploración libre.
Cómo encontrar este “nivel secreto”
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Dirígete al JJ Mall o al Mixt Chatuchak, justo al lado del mercado principal (a 2 min andando).
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Sube por las escaleras mecánicas o el ascensor. La planta exacta puede variar, pero normalmente está en la 2ª o 3ª planta.
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Busca vitrinas con figuras, carteles de anime o alguna figura de Molly saludando.
Pro tip de viajero friki
Deja espacio en la maleta. O mejor, lleva una plegable vacía. Porque lo que empieza como «solo voy a mirar» acaba con tú intentando embalar una figura tamaño bebé para que no muera en la bodega del avión.
Otro dos consejos que valen oro:
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Lleva efectivo: no todos aceptan tarjeta. Algunos descuentos solo valen cash.
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Pregunta sin miedo: muchos dueños entienden el lenguaje universal de los frikis.
Conclusión
Bangkok es muchas cosas, pero también es esto: una planta escondida donde el coleccionismo se convierte en exploración, el juego en cultura pop, y tú en arqueólogo de lo friki. Si alguna vez soñaste con encontrar una loot box IRL… aquí está.